Por escalafón, la Copa es el último de los trofeos en liza (detrás de Champions y Liga), y a menudo es vilipendiada, abierta o soterradamente, con alineaciones cojas de una o varias estrellas: Pinto por Valdés, este año en el Barça; o todas las de los últimos años del Madrid. Atendiendo, pues, al premio, en el segundo de los “clásicos” el Madrid habría ganado poco más que la “pedrea”.
Sin embargo, la victoria de Mestalla, la segunda en la frente, supo a gloria (ya casi a “vieja” gloria): por el rival; por suturar la herida, comenzada a cerrar el sábado, de tres temporadas sin ganarle; y, más aún, porque el Madrid, en toda la primera parte, hizo lo que muchos dábamos por suicida, jugar al Barça de tú a tú.
El tuteo no tuvo premio, la segunda parte fue barcelonista, y pudo ganar cualquiera. Pero, incluso en esa segunda parte, el Madrid, Iker mediante, contuvo al mejor Barça, y los contraataques vikingos, letales-to-be, sólo pudieron ser abortados con faltas sistemáticas, pitadas o sin pitar, ese juego sucio que se le sobreentiende a todo equipo pero del que nunca se habla cuando se encumbra el juego culé.
Por otro lado, el Barça, autojustificado por su racha triunfal, fue víctima de su propio ombliguismo. Guardiola no varió su esquema ni en los peores momentos (la primera parte) y se mantuvo cerrilmente fiel a su planteamiento hasta rozar el fanatismo (hizo el primer cambio en el minuto 106). El iluminismo pudo influir en el resultado.
Todo lo contrario que Mourinho, que amagó en el Bernabeu, cambió de ritmo en Mestalla saliendo a por todas, lo que durante 45 minutos le granjeó el beneficio de la imprevisibilidad, y varió nuevamente de rumbo en la segunda parte defendiendo más atrás.
El segundo de los “clásicos” ha sido un punto y seguido. El punto final, más bien punto y aparte, lo pondrán en la Champions, la madre de todas las justas, 180 minutos doble ciego que confirmarán vuelta de tuerca del Madrid que atisbe cambio de ciclo, o golpe de timón del Barça que, Liga y, como mínimo, final de Champions, se mantenga como referente futbolístico, nacional y mundial.
Descartado el triplete, salvo hecatombe culé, resta para el Madrid lo más jugoso, el tuétano de lo que se dirime: la opción al premio Gordo, el sueño con la décima, la estabilidad del palo que traba el engranaje pluscuamperfecto blaugrana o, hechos los deberes, el hasta aquí hemos llegado la 2010-2011, “hasta luego, amigos”, sin olvidar el tots no tan units, el goodbye, Guardiola, bye, el silencio de los ruc (burros) o la defontanación en masa del fútbol-rococó desde la fuente de Canaletes.
Una vez más el Barça, sediento ahora de revancha, es a priori favorito. Teniendo en cuenta trayectorias, juego y últimos enfrentamientos, podría incluso reencarnarse en la amenaza fantasma merengue, y vencer por goleada. Pero en este segundo clásico, el Madrid, y Mourinho, han certificado lo pergeñado en el primero, que pueden darle la vuelta a la tortilla. Y no sólo apelando al ingrediente base de esta, sino por versatilidad estratégica y argumentos defensivos y ofensivos.
El Barça no es, pues, a falta de lo qué digan las casas de apuestas, tan favorito como antes de esta final de Copa. El Madrid, jugando a muerte, ha probado posible lo improbable. Casillas sonrió de nuevo, Cristiano remontó su mal fario y Mourinho volvió a salir de la caseta.
Visto lo visto, sigue tocándola, Pep.
(Hasta el 'Mambo #3')
PD: La Copa del Rey, aplastada por el bus del Real Madrid. ¿Rechaza Cibeles recibirla, enojada por haberle sido esquiva tanto tiempo, o conjuro waka-waka de Shakira? ¿Qué dirá la Champions de la suerte de su colega?¿Se atreverá a venir a los Madriles?
1 comentario:
jugaron y GANARON MERECIDO, felicidades a todos los madridistas, ya era hora! aun asi, pienso que´l barsa se llevara la eliminatoria de champions bastante de calle...VITAMINAS PARA SWEET-INIESTA(no duerme un pijo desde que se convirtio en padre...), PEDRITO Y XAVI, en alarmante estado flojeras....y VILLA callara alguna boca, todavia sigue en "mejor racha" que´l ninot torres...
salud!
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