5 dic 2010

Barcelona - Real Madrid, 29 nov 2010

El Barça, una máquina de destruir fútbol

El Barça es una máquina de crear fútbol. Pero, constatemos lo evidente, el lunes demostró que es, tanto o más, una máquina de destruir fútbol. Desde el minuto uno - plantillazo de Villa a Cristiano Ronaldo -, el Barça se dedicó a destruir sistemáticamente el juego del Madrid. Sin contemplaciones. Cada vez que a un jugador del Madrid le llegaba la pelota, ya tenía tres o cuatro jugadores culés acosándolo. Y, de no ser suficiente, Puyol, Piqué o Abidal se empleaban con toda la contundencia que la amenaza requiriera. Conclusión: Ronaldo, Di María o Xabi Alonso no pudieron desplegar su buen juego. Provoca, pues, cierta sonrisa el victimismo de los jugadores barcelonistas cuando algún equipo juega a destruir su juego, por mucho que luego carezca de las habilidades constructivas de Messi & Cía.


Por otro lado, cada vez que este Barça vapulea al Madrid, viene a la memoria aquella final del 94 en Atenas en que el Milán de Capello vapuleó al Barça de Cruyff (lo más parecido a Mou, en histrionismo, por entonces) (1). El “dream team” era otra máquina de crear juego. Y Capello, con una presión asfixiante, destruyó todo amago de juego culé. Guardiola, que no tocó bola, lo sufrió en sus propias carnes. Fue una noche amarga para el barcelonismo. Pero la corriente continuista del juego de Cruyff aprendió la lección e incorporó, adaptada a su estilo de juego, la filosofía del tan hipócrita, injusta e interesadamente vituperado Capello. Conclusión: el Barça de hoy sabe crear juego, pero es una maquinaria destructiva igualmente efectiva. Lo sonrojante, en este caso para el Madrid, es que tras cinco derrotas consecutivas ante el mismo Barça, no parece siquiera atisbarse que empiece a aprender la lección para, al menos, igualar, los duelos. Algo que, sin duda, constituye uno de los retos más apasionantes que pueda haber para un entrenador en el fútbol actual.
Américo Virus, 19 de noviembre de 2010

(1) Cruyff, en el 94, antes de la final:
Futbolísticamente, el juego del Milan no es nada del otro mundo, aunque en organización sobre el césped funciona muy bien. Su juego es práctico, intentan obtener el máximo rendimiento. Su juego es poco lúcido. […] Basa su juego en la defensa mientras que nosotros en el ofensivo. Es aquí donde les podemos crear más problemas […] El problema de Capello será poder alinear a dos defensas de cierre con garantías, algo que ya veremos si lo consigue. […] Es justo decir que salimos como favoritos.
http://www.notasdefutbol.com/barcelona/atenas-1994-un-inesperado-punto-final